Esto no se lo confesé a nadie.
Pero muchas veces me he ido a dormir imaginándome a una persona, el amor de mi vida.
Y recuerdo esa imagen perfecto, sus rasgos, su altura, su color de piel.
TODO coincide, me da miedo.
Repasando este blog, leí nuevamente el País de las maravillas en donde imagine nuestra cita.
Caí, recién, en que eso fue exactamente lo que paso. La pollera, el vino, el delivery.
Me voy a imaginar el cumpleaños, ya vengo.
domingo, 20 de diciembre de 2009
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