jueves, 17 de mayo de 2007

Problemas II

Y cuáles son mis inseguridades...
Que se yo. Vaya a saber adónde empieza todo esto y peor, adonde termina o cómo. Inseguridades…qué pregunta compleja me hice, pero ya está, no me queda otra que contestarme. Tal vez tengo miedo de quedarme sola, de no poder con todo, entonces hago las cosas por la mitad, nada del todo bien, todo por cumplido, al final las amigas son un deber y no un placer, tu familia es un deber y no un querer y el costo de oportunidad es tu cruz. Me refiero al hecho de que sufro cuando tengo que elegir, no por el verbo en si, sino por lo que no elijo. Porque siento que también debía estar ahí entonces trato de decir que voy a estar pensando de antemano la razón por la que no voy a poder estar. El problema es que la vida es una elección constante. Cada vez que elegimos algo, dejamos otras cosas de lado y ¿porqué sufrir por ellas? No es por el beneficio de la duda, es porque me creo potencialmente preparada para ello, pero la potencia queda en la potencia, no es real. Sólo Dios es grande y puede estar en todos lados y escuchando a todos encima siendo bueno y queriendo lo mejor para todos. Pero vos no maru, vos tratas de imitar eso pero no te sale y hoy estas mal porque te sentís frustrada. Porque no aceptas que no podes con todo y todos y tampoco aceptas que tenes que elegir. Pero porque no ser libre de las propias elecciones si eso es la libertad. En definitiva vos sos un ejemplo de auto esclavitud, de libertad cohibida por uno mismo y no por los demás. Y pensar que de afuera te vez como una mina libre, que va de acá para allá y en realidad estás llena de ataduras. Ataduras propias que no podes liberar. Quiero ser libre, si! Eso es, quiero ser libre! Pero libre de mi, tal vez una persona que esté en la cárcel sea más libre que yo porque es ella misma, con lo bueno y con lo malo, obra según su voluntad y no por la de los demás. Obra pensando en qué es lo mejor para ella y no para el resto. No da explicaciones de sus actos, sólo le rinde cuentas a Dios y eso es ser libre. Pero yo no lo soy. Ya ni quisiera tengo diálogos ni con mi Jesús acerca porque todo lo que digo y hago se ve empapado por estas ataduras. Y las consecuencias Son graves. Porque una persona que vive atada a la tierra es la que nunca va a poder trascender a otras dimensiones y eso no concuerda con lo que siempre quisiste para tu vida, o para tu muerte o lo que sea.

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